¿CUÁNDO SON LAS ELECCIONES LIMPIAS Y LIBRES?
De Jesús Castellanos Vásquez
Usualmente
vemos en los medios de comunicación y en múltiples fuentes el uso de elecciones
limpias y libres para aludir a esquemas ideales de elecciones, no obstante, no
siempre es tan fácil identificar su significado y alcance. La tarea de estas
líneas es brindar nociones mínimas que permitan la construcción de un mapa y el
debate sobre ambos conceptos. Previo, introduciremos dos ideas principales sobre las
elecciones que comúnmente tienden a ser utilizadas de forma inadecuadas,
incluso, manipuladoramente.
1. No todo régimen que hace elecciones es
democrático. En la literatura de ciencias políticas es posible
encontrar una enorme cantidad de evidencias que constata que si bien la
celebración de elecciones constituye un elemento fundamental de toda
democracia, su realización por sí sola no debe suponer la existencia de un
régimen democrático.
Un esquema que se tiende a utilizar
pues, pese a su sencillez, resulta muy ilustrativo es el de la importancia de
las elecciones del Profesor Dieter Nohlen, en el cual se destacan tres tipos de
elecciones según sus características y el régimen político de adscripción: Elecciones Competitivas,
en la cual las elecciones son importantes para el sistema político; existe
libertad para elegir entre diferentes opciones y de postular candidatos sin más
restricciones que las definidas en Ley, además de la posibilidad real de
cambiar el gobierno y legitimidad del sistema. Las elecciones competitivas son
claramente elecciones democráticas. Por otra parte, se consideran Elecciones Semicompetitivas,
asociadas a regímenes autoritarios, aquellas donde la importancia para el
sistema político es relativa, no hay libertad de elegir y de ser elegido, rara
vez se cambia el gobierno y genera poca legitimidad. Cuando las elecciones son
aún más limitadas y la importancia en el sistema político, el cambio de
gobierno y legitimación son nulos, estamos en presencia de Elecciones No Competitivas,
propias de regímenes totalitarios (Nohlen, 1995;15)
2. No toda elección es democrática. Para
que una elección sea realmente democrática debe cumplir con un conjunto de requisitos fundamentales que, a ciencia
cierta, siempre son tema de discusión en la ciencia política. Pese a la
existencia de dicho debate, resaltan siempre cuatro elementos que el Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha recogido en un índice
denominado Índice de Democracia Electoral (IDE), el cual incluye:
· Derecho al voto. Se refiere al
sufragio universal considerado como el mínimo fundamental en la medida que
sin él “los demás logros se vacían de
contenido” (PNUD, 2004;75). Este indicador se preocupa por verificar la
posibilidad real que todo ciudadano tenga el goce del sufragio, salvo aquellas
restricciones legales reconocida, relacionadas con grupos como: militares,
fuerzas de seguridad, clero, nacionales con residencia en el extranjero, entre
otros.
· Elecciones
Limpias. “Las elecciones son consideradas “limpias” cuando el proceso
electoral se desarrolla sin irregularidades que limiten a los votantes para
expresar autónoma y fielmente sus preferencias por algún candidato. (PNUD,
2004; 76)
· Elecciones
Libre. “Las elecciones son consideradas “libres” cuando se le ofrece al
electorado una variedad de opciones que no esté limitada ni por restricciones
legales ni por la fuerza. (PNUD, 2004; 77)
· Cargos públicos electos. “Las elecciones son consideradas
el medio de acceso a los principales cargos públicos de un país, esto es, el
Ejecutivo y Legislativo nacional, si los que ganan elecciones asumen sus cargos
públicos y permanecen en sus cargos durante los plazos estipulados por la ley.
En el caso de que sean reemplazados ocupantes de cargos públicos, se evalúa la
forma de remoción del cargo y de selección de reemplazantes” (PNUD, 2004; 79)
Dicho
esto, seguro surgen interrogantes cómo: ¿Qué significan realmente los conceptos
de Elecciones Limpias y Libres?; ¿Son éstos los únicos requisitos para
considerar a una elección democrática?
Larry Diamond, Profesor de la Universidad de Stanford,
considera como elecciones
libres aquellos casos donde “los obstáculos legales para entrar en la
arena política son mínimos, cuando hay libertad sustancial para los candidatos
y seguidores de diferentes partidos políticos para hacer campaña y conseguir
votos y cuando los votantes experimentan poca o ninguna coerción en el
ejercicio de su derecho al voto” (Diamond. 2002; 127). Es decir, para él, a
diferencia del IDE, el concepto incluye no solo la libertad de postular y ser
postulado (sufragio pasivo) para cargos de elección popular y de promocionar
sin mayores restricciones su oferta electoral, sino también la de los electores
de escoger sin ningún tipo de coacción o factor limitador (sufragio activo).
En cuanto a la acepción de elecciones limpias, también denominado justicia electoral o elecciones justas o
transparentes, tenemos que se refiere a la inexistencia de irregularidades “que
constriñan la expresión autónoma de preferencias de los votantes por candidatos
y altere el conteo fidedigno de los votos emitidos” (PNUD, 2004; 79). En este
punto entramos en la compleja acepción de fraude electoral, elemento que hasta
la fecha continúa en discusión y que por los momentos lo vincularemos con la
existencia de violaciones significativas a los procedimientos democráticos
establecidos y principalmente a la voluntad popular, en el marco de un
determinado comicio.
En el caso de elecciones limpias, a diferencia de elecciones libres, es un
poco más complicado identificar los elementos útiles para verificar su
existencia o no, entre otras razones, por la multiplicidad de posibles
indicadores. Es gracias a ello que nos permitimos citar nuevamente al profesor Diamond
quien sostiene que las elecciones son justas cuando:
a. Son administradas por una autoridad
neutral;
b. La administración electoral es
suficientemente competente y recursiva para tomar precauciones específicas
contra el fraude al votar y en el conteo de votos,
c. La policía, el ejército y la Corte
tratan a los partidos que compiten de forma imparcial en todo el proceso
d. Los contendores tienen acceso a los
medios públicos
e. Los distritos y reglamentos electorales
no ponen sistemáticamente en desventaja a la oposición
f. El monitoreo independiente de la
votación y el conteo de votos es permitido en todas las localidades
g. El secreto del voto es permitido
h. Virtualmente todos los adultos pueden
votar
i. El procedimiento para la organización y
el conteo de votos es transparente y conocido por todos
j.
Hay
un procedimiento claro e imparcial para resolver reclamos y disputas
(Diamond, 2002; 128)
En
pocas palabra, la existencia de reglas claras, pluralidad de los actores
postulantes, equidad de la competencia, garantías mínimas electorales como el
sufragio universal y el secreto del voto y, la capacidad e imparcialidad de los
actores organizadores y ejecutores del proceso electoral, fundamentalmente de
la administración de elecciones, son factores claves para evaluar la existencia
o no de elecciones limpias, justas o transparentes.
O´Donnell
sostiene que para que las elecciones
sean limpias[1]
también es necesario que las elecciones sean decisivas, o lo que es lo mismo, 1) que aquellos que
resultan ganadores logren ocupar las respectivas posiciones gubernamentales; 2)que
los funcionarios elegidos puedan efectivamente tomar las decisiones vinculantes
que un marco legal democrático/ constitucional normalmente autoriza y; 3) que
los funcionarios elegidos finalicen sus mandatos de acuerdo a los plazos o bajo
las condiciones estipuladas por dicho marco legal.
(PNUD (b), 2004; 22-23). Con esto se está enfatizando que las elecciones son
mucho más que un mecanismo de designación, concepto meramente instrumental; advirtiendo que obligatoriamente
deben significar la posibilidad real de que los electos asuman sus cargos por decisión
popular y puedan, en consecuencia, cumplir con las competencias asignadas en la
totalidad de su período de mandato.
De igual manera sostiene que unas
elecciones serán limpias cuando éstas sean institucionalizadas, cuestión que ocurre cuando
todos los actores políticos dan por descontado que este tipo de elecciones continuarán siendo
realizadas de la misma forma en un futuro indefinido, en fechas
legalmente preestablecidas (en sistemas presidencialistas) o, de acuerdo a ocasiones legalmente
preestablecidas (en sistemas parlamentarios). (PNUD (b), 2004; 22-23)
A los fines de revisar la existencia o no de democracia
en los procesos electorales y siguiendo con los conceptos de elecciones limpias
y libres, Freedom House ha desarrollado
un esquema evaluativo, Freedom in the
World, compuesto, para la parte electoral, por tres ítems: La elección
limpia y libre del representante ejecutivo nacional, la elección limpia y libre
de los representantes al legislativo nacional y sobre las leyes electorales y
reglamentación transparentes. En lo que concierne al Representantes al
ejecutivo nacional así como para legisladores nacionales, las interrogantes
formuladas son:
·
¿Hubo monitoreo electoral por
organizaciones nacionales y/o internacionales a los fines de verificar si las elecciones fueron limpias y libres?;
·
¿Se produjeron dilaciones producidas
por motivaciones políticas?;
·
¿El registro de votantes y candidatos
fue conducido de manera exacta, oportuna y transparente?;
·
¿Pudieron los candidatos durante la
campaña realizar discursos, celebrar
reuniones públicas y tener acceso a medios libres de intimidación?;
·
¿Existió garantía del secreto del voto
y libertad para votar?;
·
¿Gozaron los electores de la capacidad
de votar por los candidatos o partidos libre de presiones indebidas o intimidación?;
·
¿Fue el escrutinio contabilizado
transparentemente y su reporte ejecutado honestamente con los resultados
oficiales?. Pudieron los diferentes grupos interesados observar el escrutinio
para garantizar su honestidad?;
·
¿El voto de cada elector tiene el mismo
peso a los fines de definir una representación equitativa?
·
¿La elección inmediatamente anterior al
cargo en cuestión fue considerada limpia y libre?
·
¿Fueron las elecciones subnacionales
limpias y transparentes? ¿Tuvieron una conducta
·
diferente a las nacionales en cuanto a
los derechos políticos?
En
cuanto a la justicia de las leyes y marco normativo electorales tenemos:
·
¿Existe un claro, detallado y justo
marco normativo electoral (los cambios de reglas electorales no deben hacerse
inmediatamente anteriores a las elecciones si estos afectan o infringen a los
candidatos o partidos)?
·
¿Son las comisiones electorales u otras
autoridades electorales, independientes y libres de la presión e/o
interferencia del gobierno o de otro tipo?.
·
¿Es la composición de la comisión
electoral justa y balanceada?
·
¿Las conductas de las comisiones
electorales u otras autoridades electorales son efectivas y de manejo competente?
·
¿Los ciudadanos adultos gozan de
sufragio igual y universal? (Se exceptúan casos como por ejemplo suspensión por
razones de incapacidad legal o mental o comisión de crímenes graves)
·
¿En la conformación de las
circunscripciones electorales se observa un manejo sesgado o viciado?
·
¿Ha sido manipulado la selección del
sistema electoral para la escogencia de parlamentarios a objeto de beneficiar
intereses políticos o influenciar los resultados electorales?(https://freedomhouse.org/report/freedom-world-2012/methodology#.VcoNzjZRHIV)
The Economist,
por su parte, ha propuesto un modelo que pudiéramos considerar complementario
al de Freedom House, denominado Index of democracy. El Index of democracy en la parte de
elecciones incluye lo siguiente:
1. ¿Son las elecciones
nacionales libres? (inexistencia de
restricciones para la participación)
2. ¿Son las elecciones
nacionales limpias/justas? (inexistencia de irregularidades)
3. ¿Son las elecciones
locales libres y limpias/justas?
4. ¿Existe el sufragio
universal?
5. ¿Inexistencia de
mecanismos de intimidación por parte de instancias gubernamentales o no
gubernamentales?
6.
¿La legislación define condiciones de
igualdad de oportunidad en la campaña electoral?
7.
¿El proceso de financiamiento de los
partidos políticos transparente y generalmente aceptado?
8. ¿Están los
mecanismos de transferencia de poder de gobierno establecidos, claros y
aceptados?
9. ¿Están los
ciudadanos en la capacidad de formar partidos políticos de forma independiente
del gobierno?
10. ¿Tiene la oposición realmente la probabilidad de formar
gobierno?
11. ¿Existe acceso a
todos los ciudadanos de las oficinas públicas?
12. ¿Son los ciudadanos
libres de formar organizaciones política y cívicas de interferencia estatal? (http://www.economist.com/media/pdf/DEMOCRACY_INDEX_2007_v3.pdf)
Como puede verse son varios los elementos
en común de ambos modelos, entre ellos,
la preocupación por la existencia de elecciones limpias y libres, la
universalidad del sufragio, la inexistencia de mecanismos de coerción y la
equidad en la competencia electoral. Se subraya el énfasis que hace Freedom House de revisar factores como
la observación electoral nacional e internacional así como la imparcialidad de
la administración electoral, no solo en su composición, sino también en: a) la
conformación de las circunscripciones electorales, b) el respeto a las reglas
de juego, c,d) el manejo del registro de electores y de candidatos y, e) en
general de sus actuaciones. The Economist
enfatiza en vigilar lo atinente a la oposición, en particular su competitividad
al momento de intentar acceder al poder, la capacidad de formar partidos
políticos y la transferencia de poder.
Las elecciones
limpias y libres, o dicho de otra forma, la existencia o no de fraude electoral
y de competitividad electoral, respectivamente, se convirtieron en
categorizaciones difíciles de medir y muchas veces ambiguas, entre otras
razones, por sus naturalezas genéricas establecidas así precisamente para
investigar múltiples casos a través de una perspectiva comparada. El
reconocimiento que la evaluación de elecciones resultaba insuficiente bajo estas
construcciones teóricas ha dado pie al surgimiento de nuevas propuestas de las
cuales destacamos por considerarla la más completa la referida a la Integridad Electoral,
entendida como el análisis de elecciones a través de estándares y principios
internacionales, aplicado universalmente en el que se revisan los pasos del
ciclo electoral, incluidos el período preelectoral, la campaña, el día de las
votaciones y los actos posteriores. (Norris; 2014)
En la figura Número 1, del libro Why electoral
integrity matter (2014) de Pippa Norris se observan los once pasos
de un ciclo electoral, es decir los elementos que facilitan la evaluación de unas elecciones. Son
variables del modelo: Administración
electoral (Electoral Management Bodies, EMBs, por sus siglas en Inglés,), leyes
electorales, procedimientos electorales, construcción de circunscripciones,
registro de electores, de partidos y postulaciones, financiamiento y acceso en
la campaña electoral, proceso de votación, escrutinio y la generación de
resultados. (Norris,2014; 34).
FIGURA
1. LOS 11 PASOS DEL CICLO ELECTORAL
Fuente:
Norris, Pippa (2014). Why Electoral Integrity Matter. Pág. 34
Vale decir que en cada uno de estos pasos se puede
revisar la existencia de transparencia y eficiencia en un proceso electoral y
que la consideración de dichos elementos es lo que arroja una conclusión más
rigurosa acerca de la calidad democrática de una elección.
Otro estudio que vale la pena citar, haciendo la
acotación que el mismo fue aplicado a una realidad muy puntual como lo es la
democracia en Costa Rica, es la Auditoría ciudadana sobre la calidad de la democracia (Estado de
la Nación, 2001) en el cual se intentaba evaluar la existencia en este país
centroamericano de las condiciones de su régimen político y sí en efecto se
podía considerar como democrático bajo rigurosos estándares. Dado que en esta
nación es posible determinar la existencia de elecciones limpias y libres en
los términos antes planteados, este estudio estableció como aspiraciones un
conjunto un tanto distinto de variables que permitan elevar aún más el nivel de
competitividad y por ende de democracia. He aquí los parámetros:
·
Las y los
candidatos a cargos públicos no enfrentan prejuicios sociales y culturales que
disminuyen su elegibilidad
·
La ciudadanía tiene información veraz, oportuna y
objetiva para evaluar a los y las candidatas a cargos públicos y sus ofertas
electorales.
·
Los
partidos políticos emergentes y los minoritarios no enfrentan barreras
arbitrarias para ejercer su representación.
·
Las y los líderes políticos respetan el Estado de derecho
y los derechos civiles y políticos de sus oponentes durante las campañas
electorales. (Estado de la Nación, 2001; 156)
Fuentes
·
·
Diamond, Larry. 2002. ““Elections without Democracy. Thinking about Hybrid regimes” Journal of Democracy Vol. 13, (2) National Endowment for Democracy and The Johns Hopkins University Press.
t Estado
de la Nación. 2001. Auditoría ciudadana sobre la calidad de la democracia.
Costa Rica.
·
PNUD
2004 (a). La Democracia en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanos y
ciudadanas.
·
PNUD
2004 (b). El debate conceptual sobre la democracia.
·
Nohlen,
Dieter. (1995). Elecciones y sistemas electorales. Nueva Sociedad. Caracas.
·
Norris,
Pippa. (2014). Why electoral integrity matters. Cambridge University Press.New
York.